Implantes dentales

Los implantes dentales son una opción de tratamiento para reemplazar dientes perdidos.

Consisten en pequeños dispositivos de titanio que se insertan quirúrgicamente en el hueso maxilar o mandibular, donde actúan como raíces artificiales.

Una vez integrados en el hueso, proporcionan una base sólida y estable para colocar prótesis dentales, como coronas, puentes o dentaduras y conviven de forma sana y natural con el resto de tejidos y piezas dentales de la boca.

Un implante dental se compone de tres partes. En primer lugar, está el cuerpo, el implante propiamente dicho, que es un pequeño tornillo de titanio que se inserta en el hueso maxilar o mandibular. Este implante actúa como una raíz artificial.

Luego está el pilar, que se coloca sobre el implante una vez que ha tenido lugar la integración ósea. Su función es la de unir el implante y la corona.

Por último, se encuentra la prótesis dental, como una corona, un puente o una dentadura, que se fija sobre el pilar. Estas tres partes trabajan en conjunto para restaurar la función y estética dental perdidas.

Los implantes de carga inmediata son una opción de tratamiento en la que se coloca una prótesis dental, provisional o definitiva sobre el implante dental poco después de su colocación quirúrgica.

A diferencia de los implantes tradicionales, que requieren de un periodo de tiempo de cicatrización antes de colocar la prótesis, los implantes de carga inmediata permiten al paciente disfrutar de una sonrisa de forma rápida.

Los implantes de carga inmediata pueden brindar beneficios significativos, como una recuperación más rápida, menor tiempo de tratamiento y mejora inmediata en la estética y función oral.

Cuando perdemos una pieza dental, ya sea por un traumatismo o a causa de una enfermedad periodontal, caries o infección, es recomendable la colocación de un implante dental. Esto se hace en gran medida para evitar la principal consecuencia derivada del espacio creado por el diente faltante: la pérdida de hueso.

Cuando el hueso maxilar no percibe el estímulo de la raíz de un diente, empieza a reabsorberse y provoca el movimiento del resto de piezas dentales adyacentes (que siempre buscan el contacto entre sí) así como la pérdida de la capacidad funcional en la masticación.

La colocación de un implante dental detiene el proceso de pérdida de hueso alveolar y sus consecuencias.

Los implantes dentales pertenecen a un sector altamente competitivo y comercialmente muy atractivo por lo que existen más de 100 marcas que se dividen en diferentes categorías según su calidad y confiabilidad.

Por supuesto, siempre recomendamos utilizar implantes de alta calidad, ya que han pasado rigurosos controles de calidad para garantizar su seguridad y eficacia. Al ser insertados en el hueso maxilar, es crucial evitar el riesgo de infecciones, alergias u otras complicaciones.

Por todo ello, en Clínica CSdental utilizamos la marca Straumann, una marca de alta gama y calidad que ha sido homologada por la Unión Europea. Los implantes de alta gama están diseñados con titanio biocompatible y tecnología avanzada, lo que proporciona una mayor durabilidad y éxito a largo plazo.

Existen diferentes tipos de prótesis para pacientes sin dientes, y la elección depende de varios factores, como la salud oral, la estructura ósea y las preferencias del paciente.

Los principales tipos de prótesis para pacientes sin dientes son:

Dentaduras completas convencionales: Son prótesis removibles que reemplazan todos los dientes en el maxilar superior o inferior. Se sostienen en su lugar mediante succión y apoyo en los tejidos orales. Requieren adhesivos dentales para mayor estabilidad.

Dentaduras completas sobre implantes: También conocidas como sobredentaduras implanto-soportadas, se fijan a implantes dentales. Proporcionan una mayor retención y estabilidad en comparación con las dentaduras convencionales.

Prótesis fija sobre implantes: Consisten en puentes fijos que se sostienen mediante implantes dentales. Estas prótesis no son removibles y proporcionan una solución más permanente y estética. Son una opción para aquellos pacientes que buscan una alternativa fija a las dentaduras removibles.

Prótesis híbridas: Son prótesis que combinan una estructura de metal con dientes artificiales y se fijan en su lugar mediante implantes dentales. Proporcionan una restauración fija y se asemejan a una dentadura natural.

La limpieza adecuada de los implantes dentales es esencial para mantener su salud a largo plazo. Al igual que los dientes naturales, también acumulan restos de comida provocando el desarrollo de placa bacteriana. Se recomienda cepillar los implantes dentales al menos dos veces al día con un cepillo de cerdas suaves y pasta dentífrica no abrasiva.

Además, es importante utilizar hilo dental y pasarlo suavemente entre los dientes y la encía. Deben evitarse además los enjuagues bucales con alcohol, ya que pueden irritar los tejidos. Un cuidado adecuado prolongará la vida útil de los implantes.

No hay una edad límite establecida para colocar implantes dentales, ya que la idoneidad del procedimiento se basa más en la salud general y la calidad del hueso que en la edad. Siempre y cuando el paciente esté en buen estado de salud y tenga suficiente densidad ósea, los implantes podrán colocarse.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunas condiciones médicas y medicamentos pueden afectar a la cicatrización ósea, por lo que una evaluación cuidadosa por parte del dentista es crucial para determinar la viabilidad de los implantes en cada caso.

El titanio, material con el que se fabrican los implantes dentales, es un compuesto altamente biocompatible. Es decir, que no se produce el rechazo que habitualmente ocurre cuando nuestro organismo percibe un cuerpo extraño.

La cicatrización de los implantes dentales se produce a través de un proceso llamado osteointegración. Después de la colocación del implante en el hueso, se produce una unión directa entre el implante y el tejido óseo circundante. Durante un periodo de varios meses, las células óseas comienzan a crecer y adherirse a la superficie del implante, formando una unión sólida. Esto permite que el implante se vuelva estable y funcional.

Si no se produjera la osteointegración, el implante dental fracasaría y tendría que ser retirado y sustituido por otro.

La duración del tratamiento completo de los implantes dentales varía según el caso y las necesidades del paciente.

Por lo general, desde la evaluación inicial hasta la finalización del tratamiento, puede llevar de 3 a 9 meses. Esto incluye el tiempo de cicatrización del implante, que suele ser de 3 a 6 meses, seguido de la fase de restauración protésica.  Esta fase puede involucrar la toma de impresiones, la fabricación de la corona o prótesis dental personalizada y su posterior colocación.

De esta manera, si nos encontramos con un caso en el que no existe nada de hueso, primero habría que regenerar la zona introduciendo hueso artificial, esperar a que cicatrice durante 6 meses y después colocar el implante y esperar otros 3 meses de cicatrización antes de colocar la corona.

Sin embargo, si, a pesar de necesitar un injerto de hueso artificial, existe la suficiente cantidad de hueso como para poder anclar un poco el implante, el tiempo de cicatrización del implante (3 meses) y el de la regeneración (6 meses) se solaparían, por lo que la duración final para poder colocar la corona serían 6 meses.

Durante el periodo de curación del implante, se pueden utilizar soluciones temporales como coronas, puentes provisionales o prótesis removibles para mantener la función y estética dental.

Estas soluciones temporales pueden ser especialmente beneficiosas en casos donde la pérdida de dientes es visible o afecta la capacidad de masticación. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas prótesis no proporcionarán la misma estabilidad que un implante dental permanente.

Así, en casos de rehabilitaciones completas (una arcada) podremos colocar una prótesis removible durante los tres meses de cicatrización, o bien realizar un procedimiento de carga inmediata, que consiste en colocar unos dientes artificiales provisionales, que cumplirán la función masticatoria y estética durante el periodo de osteointegración de los implantes.

Cuando haya que sustituir varias piezas adyacentes podemos utilizar de forma provisional una prótesis removible que vaya sujeta a los dientes vecinos. Por último, cuando se trate únicamente de una pieza en el sector anterior, podremos colocar un diente provisional adherido a los dos dientes adyacentes que va a cumplir perfectamente las funciones estéticas, aunque no la función masticatoria.

El proceso de recuperación tras la colocación de un implante dental puede variar según el paciente y la complejidad del caso, pero en general, sigue un patrón similar.

Después de la cirugía es normal experimentar algo de inflamación, molestias y posible sangrado durante las primeras horas o días. Se podrán recetar medicamentos para controlar el dolor y prevenir las infecciones.

Durante el período de cicatrización, que suele durar varias semanas, es esencial seguir las instrucciones de cuidado postoperatorio proporcionadas por el dentista:

Mantener una buena higiene oral: cepillarse suavemente los dientes y utilizar los enjuagues bucales recomendados por el dentista.

Evitar alimentos duros o pegajosos: optar por una dieta suave y evitar masticar en el área tratada para permitir una adecuada cicatrización.

Evitar fumar y beber alcohol: estos hábitos pueden retrasar la cicatrización y aumentar el riesgo de complicaciones.

A medida que avanza la cicatrización, el implante se integrará gradualmente con el hueso circundante. Una vez completada esta etapa, se procederá a la colocación de la prótesis dental definitiva.

Es importante tener en cuenta que cada paciente es único y la recuperación puede variar. Siempre es recomendable acudir al dentista si se experimenta un dolor excesivo, inflamación persistente, sangrado excesivo u otras preocupaciones durante el proceso de recuperación.

Los implantes dentales están hechos generalmente de titanio, un material biocompatible ampliamente utilizado en odontología. El titanio es conocido por su resistencia, durabilidad y capacidad para integrarse con el hueso de manera segura.

Su superficie rugosa facilita la osteointegración, permitiendo que el implante se fusione con el hueso maxilar o mandibular. Además, el titanio es bien tolerado por el cuerpo, lo que minimiza el riesgo de rechazo o reacciones alérgicas.

Existen también implantes dentales de zirconio, un material cerámico que es una opción más estética y libre de metal. Sin embargo, los estudios sobre su supervivencia a largo plazo son todavía limitados.

La compatibilidad de los implantes dentales en pacientes que toman bifosfonatos debe evaluarse caso por caso.

Los bifosfonatos son medicamentos utilizados para tratar enfermedades óseas, pero pueden tener efectos secundarios en la salud oral. Algunos estudios sugieren que los bifosfonatos pueden aumentar el riesgo de complicaciones en la cicatrización ósea después de la colocación de implantes dentales.

A la hora de determinar si se pueden colocar implantes durante este tipo de tratamiento es fundamental distinguir entre los que se toman por vía oral y los que se administran por vía intravenosa.

Mientras que con los primeros no sería necesario detener el tratamiento antes de la colocación del implante, el uso de los segundos sí supone una contraindicación para la realización de cirugías orales en general.

Un enfoque individualizado y una estrecha colaboración entre el dentista y el médico son esenciales para garantizar la seguridad y el éxito del tratamiento.

La posibilidad de colocar implantes dentales en pacientes con enfermedad cardiovascular debe evaluarse de forma individualizada. Este tipo de enfermedad no excluye automáticamente la colocación de implantes, pero es importante tomar precauciones adicionales y coordinar el tratamiento entre el cirujano y el cardiólogo.

Así, si la persona ha sufrido un ataque al corazón en el pasado, no puede ser candidata a una cirugía de implantes hasta que no hayan transcurrido al menos seis meses desde dicho episodio. Además, en caso de que el paciente haya sufrido en el pasado un problema cardiovascular grave, deberá pedir autorización a su cardiólogo.

La colocación de implantes dentales en pacientes con enfermedad periodontal requiere una evaluación cuidadosa por parte del dentista. La enfermedad periodontal puede afectar a la salud de los tejidos de soporte alrededor de los dientes y los implantes.

Antes de considerar los implantes, es fundamental tratar y controlar la enfermedad periodontal existente. El dentista evaluará el estado de los tejidos y el hueso circundante para determinar la idoneidad del paciente para los implantes.

En algunos casos, puede ser necesario realizar tratamientos adicionales, como injertos de hueso o tejido, para mejorar las condiciones antes de los implantes y mejorar la supervivencia y predictibilidad de los mismos a largo plazo.

La falta de hueso adecuado puede ser un desafío para la colocación de implantes dentales, pero existen soluciones disponibles para muchos pacientes. Si no se tiene suficiente volumen o densidad ósea se puede recurrir a técnicas de regeneración ósea como injertos óseos, levantamiento de seno maxilar o utilización de materiales sintéticos para estimular el crecimiento óseo.

El dentista realizará una evaluación exhaustiva utilizando radiografías para determinar la cantidad y calidad de hueso disponible. Si se determina que hay una deficiencia ósea, se planificará un procedimiento de regeneración ósea antes de la colocación del implante.

Es importante destacar que el proceso de regeneración ósea puede llevar tiempo y requerir múltiples citas. Sin embargo, una vez que el hueso se ha regenerado adecuadamente, se puede proceder con la colocación del implante.

Siguiendo la misma línea que la del injerto de hueso, la elevación de seno maxilar es una intervención que permite añadir hueso artificial en la zona posterior del maxilar superior a nivel de molares y premolares. Tras un periodo de seis meses, ya se podrán colocar los implantes dentales para su osteointegración.

Dependiendo de la disponibilidad/ausencia de hueso, en algunos casos se realiza de forma simultánea el levantamiento de seno maxilar y la colocación de los implantes. De esta manera se ahorra tiempo de tratamiento y el resultado es el mismo.

La tasa de éxito de los implantes dentales es alta, superando el 95% en la mayoría de los casos. Sin embargo, diversos factores pueden influir en el resultado, como la calidad del hueso, la salud oral general y el cumplimiento del paciente con las indicaciones postoperatorias.

Además, el éxito a largo plazo depende del cuidado continuo, la higiene oral adecuada y las visitas regulares al dentista. Es importante destacar que cada caso es único y que el dentista evaluará cuidadosamente la idoneidad del paciente para los implantes dentales, brindando una perspectiva más precisa sobre la tasa de éxito potencial en su situación específica.

Es importante destacar que el tabaco es uno de los principales factores que afectan negativamente al tratamiento con implantes. Los fumadores que no prescindan (en la medida de lo posible) de su hábito durante el periodo de osteointegración del implante, también pueden ver las posibilidades de éxito de la intervención disminuidas.

Al tener implantes dentales, la experiencia puede variar dependiendo de la persona. En general, durante el proceso de colocación del implante, se utiliza anestesia local para minimizar cualquier molestia. Después de la cirugía es común sentir cierta incomodidad, hinchazón y sensibilidad en el área tratada.

Una vez que los implantes dentales están completamente integrados, la sensación es similar a tener dientes naturales. Los implantes son permanentes y estables, lo que permite hablar, masticar y sonreír con confianza. La mayoría de los pacientes se acostumbran rápidamente a la sensación de los implantes y los consideran una parte normal de su boca.

Sin embargo, nuestros propios dientes están rodeados de un ligamento periodontal que permite que tengamos sensación de presión al morder o masticar. Los implantes no cuentan con ese ligamento, por lo que puede que la sensación de presión no se sienta exactamente igual.