Hacerse un piercing, ya sea en las orejas o en la boca, es una práctica que en la actualidad está muy extendida, ya sea por razones estéticas, étnicas, etc. Sin embargo, es necesario que sepas los riesgos de hacerte un piercing en la boca

Tipos de piercing orales

Los más comunes se localizan en la lengua y en los labios: el de la lengua se denomina barbell y se suele ubicar en la parte central. Se trata de una barra limitada en ambos extremos por una esfera. Mientras que en el labio se suelen usar aros y labrettes (una barra limitada por el lado exterior por una esfera, y por el lado interior de la boca, con un disco plano).

No tan habituales pero también posibles ubicaciones, se pueden encontrar en las mejillas, el frenillo lingual y la úvula.

Complicaciones en los piercings orales

Desde el primer momento en el que se coloca el piercing, tras la perforación, los tejidos de alrededor permanecerán inflamados durante varias semanas, con el habitual dolor. En el caso de la lengua, también se pueden producir hemorragias e incluso alteración del sentido del gusto o de alguna función motora debido a que la perforación afecte a algún nervio.

En casos extremos, la lengua puede llegar a inflamarse demasiado, bloqueando la vía respiratoria y dificultando la respiración.

El 15% de las personas con piercings orales han sufrido alguna infección bacteriana, por lo que se recomienda acudir a la clínica si se presentan fiebre, enrojecimiento en los alrededores de la perforación, temblores y escalofríos.

Igualmente, no todos los metales son igual de biocompatibles. Algunas personas pueden presentar alergias y reacciones, rechazando el piercing y perdiendo la perforación. Los metales más recomendables son el titanio, el oro y el acero.

Pero sin duda, los mayores inconvenientes de los piercing son cuando afectan a la estética de la boca directamente. Pueden provocar recesión en la encía, fracturas del esmalte debido al contacto continuo de la joyería con el diente, tendiendo a roturas dentales y fracturas de restauraciones como coronas o carillas. Sin olvidar que el movimiento del piercing en la boca propicia huecos interdentales que pueden dar lugar a movilidad dental, causan dificultades en el habla y pueden ocasionar una posterior pérdida de los dientes.

Si después de leer el artículo, sigues queriendo hacerte un piercing en la boca, ¿cómo debes cuidarlo?

Si, todavía, tienes ganas de hacerte ese piercing en la boca porque queda ‘guay’, aquí te dejamos algunos consejos para que cuides tu boca de la mejor forma posible:

  • Durante varias semanas, realiza enjuagues bucales con clorhexidina, un desinfectante oral antiséptico, que actúa contra bacterias y hongos. Ayuda a prevenir infecciones y mantener el buen estado de la boca.
  • Evita mover el piercing y jugar con él, ya que esto puede agravar el riesgo de sufrir heridas y microfisuras en la zona perforada y en los dientes.
  • Mantener hábitos de higiene bucal constantes es esencial: muy recomendable siempre usar pasta dentífrica con flúor, un cepillo de cerdas suaves o medias, y no olvidar el hilo dental o cepillo interdental. Y visitar con regularidad al dentista, 1 vez al año como mínimo.

En CS Dental nos mueve tu sonrisa, y queremos avisarte de los riesgos de hacerse un piercing en la boca. Si ya tienes un piercing, ¡no descuides tu higiene bucal! Y si tienes alguna duda o alguna complicación derivada, no dudes en consultarnos. ¡Primera visita y valoración gratuitas! Pide cita aquí.